La Cuaresma es uno de los periodos del año más importantes de la fe cristiana y las religiones que de ella se derivan. Comprende los 40 días previos a la Pascua (fiesta central del cristianismo), los cuales simbolizan la estancia de Jesús en el desierto de Judea, y va desde el Miércoles de Ceniza hasta la tarde del Jueves Santo. Según la tradición, durante ella se llama a la reflexión, a la penitencia, a ser generosos con el prójimo, a ayunar y a privarse de privilegios para demostrar humildad y recogimiento. Comer carne roja es considerado uno de esos privilegios, por lo que los devotos de estas religiones evitan hacerlo durante la Cuaresma.
Ahora bien, ¿por qué comer pescado sí está permitido? La carne de pescado cuenta con diversas menciones en las Sagradas Escrituras, generalmente representando la alimentación y la vida. Así mismo, varios pasajes hacen referencias a pescadores, aunque el más famoso es aquel que cuenta el milagro que realizó Jesús al multiplicar los peces para alimentar a una multitud hambrienta. Finalmente, cabe mencionar que los apóstoles eran llamados “pescadores de almas” y que el pescado es considerado, junto con el pan y el vino, símbolo de la eucaristía. De esta forma, el pescado es bien visto entre los devotos de la fe cristiana, pero el origen de esta percepción va aún más allá.
Diversos investigadores han hablado de que el pescado es el símbolo del cristianismo. Esto tiene su origen en la persecución que los cristianos sufrieron durante los años previos al Edicto de Milán, el cual fue promulgado en el año 313 d.C. y establecía la libertad de religión en el Imperio Romano. Antes del Edicto, los cristianos tenían que esconder su fe, por lo que desarrollaron una especie de saludo secreto para identificarse entre sí: si alguien sospechaba que otra persona era cristiana como él, al estrechar su mano le “dibujaba” en la palma la silueta de medio pescado; si la otra persona completaba el pescado en la palma de su interlocutor, quería decir que ambos profesaban la fe. Si no, solamente se veía como un accidente y ya. Otra teoría dice que en lugar de dibujarse el pescado en las palmas, se dibujaba en la tierra. Fuera como fuera, los cristianos tenían que ser extremadamente discretos.
Pero, ¿quién terminó de “condenar” la carne roja durante la Cuaresma? Se trata del célebre filósofo y teólogo Santo Tomás de Aquino (Italia, 1224 – 1274), quien en su obra Summa theologiae (un compendio de la doctrina católica), mencionó que la carne de los animales terrestres era símbolo de concupiscencia, de placer al paladar, de lujuria y de nutrición para el ser humano, por lo que era prudente evitarla en los tiempos de abstinencia, recogimiento, sacrificio, ayuno y reflexión de la Cuaresma.
De esta forma, los peces y mariscos son los alimentos que más abundan y se prefieren durante este periodo del año. Así que sea cual sea la religión que se profese, vale la pena aprovechar la gran variedad de especies mexicanas que abundan en el mercado y que dan origen a todo tipo de deliciosas y nutritivas recetas de temporada como las croquetas de atún, tacos de pescado a la talla, camarones al ajillo, ceviches, brochetas, pescado empapelado, huachinango a la veracruzana, caldo de camarón, bacalao… En fin, por opciones no acabamos. ¡A disfrutar de la Cuaresma!